DIVINA COMPETENCIA ENTRE DIOS, Y SANTA ANA SOBRE LAS DOS NATURALEZAS HUMANA, Y DIVINA: POR UN SU DEVOTO CAPELLAN.
Campo esteril; seca tierra,
Do el Sol con ardientes rayos,
Para amorosos ensayos,
Oro sin escoria encierra:
Que temores no destierra
El favor que recibis;
Si el oro que producis
Tan puro el vuestro acrisola,
Que, con Dios mismo, vos sola
Valerosa competis?
Quanta ay riqueza en el Cielo,
Con el Hijo, os da Dios Padre;
Y al Hijo vos, con tal Madre
Le days quanta tiene el suelo:
Per a mas subido buelo
Vuestra suerte os adelanta,
Quando, con grandeza tanta,
Dios se uniò a vuestra semilla;
Pues su grandeza se humilla;
Vuestra humildad se levanta.
Dios, al fruto que le days,
Da nobleza con su ser;
Vos, al suyo, ennoblezer
Con la vuestra, procurays:
No digo que le igualeys,
En la nobleza perenne,
Que el Hijo del Padre tiene;
Mas se, que si en su alabança,
Sangre noble el Hijo alcança,
De vuestra sangre le viene.
Dios, y vos al mundo distes,
Quando ambos le reparastes,
La mejor Hija que hallastes,
El mejor Hijo que vistes:
Nada en esto os excedistes;
Pues de entrambos la nobleza,
Con esmalte de pureza,
El mismo Dios igualó;
Si ella, por gracia, naciò
Como el por naturaleza.
Quiere Dios por liberal
Daros la joya mas rica;
Y la que le days publica
De vuestro pecho el caudal:
No en zelo soys desigual
Que (aunque su don, por mayor,
Es de infinito valor)
Si de el lo mejor gozays;
Y vos lo mejor le days;
No le quedays inferior.
Con aplauso, y regozijo,
Uno a otro, en fiel balança,
Da todo el caudal que alcança
Con tal Hija, y con tal Hijo:
De tan franco dar, colijo
Que viene, sin duda, a ser
La competencia, a mi ver,
Igual entre Dios, y vos;
Si tanto offreceys los dos,
Que se os agota el poder.
Maria i la seva mare Santa Anna |
Para amorosos ensayos,
Oro sin escoria encierra:
Que temores no destierra
El favor que recibis;
Si el oro que producis
Tan puro el vuestro acrisola,
Que, con Dios mismo, vos sola
Valerosa competis?
Quanta ay riqueza en el Cielo,
Con el Hijo, os da Dios Padre;
Y al Hijo vos, con tal Madre
Le days quanta tiene el suelo:
Per a mas subido buelo
Vuestra suerte os adelanta,
Quando, con grandeza tanta,
Dios se uniò a vuestra semilla;
Pues su grandeza se humilla;
Vuestra humildad se levanta.
Dios, al fruto que le days,
Da nobleza con su ser;
Vos, al suyo, ennoblezer
Con la vuestra, procurays:
No digo que le igualeys,
En la nobleza perenne,
Que el Hijo del Padre tiene;
Mas se, que si en su alabança,
Sangre noble el Hijo alcança,
De vuestra sangre le viene.
Dios, y vos al mundo distes,
Quando ambos le reparastes,
La mejor Hija que hallastes,
El mejor Hijo que vistes:
Nada en esto os excedistes;
Pues de entrambos la nobleza,
Con esmalte de pureza,
El mismo Dios igualó;
Si ella, por gracia, naciò
Como el por naturaleza.
Quiere Dios por liberal
Daros la joya mas rica;
Y la que le days publica
De vuestro pecho el caudal:
No en zelo soys desigual
Que (aunque su don, por mayor,
Es de infinito valor)
Si de el lo mejor gozays;
Y vos lo mejor le days;
No le quedays inferior.
Con aplauso, y regozijo,
Uno a otro, en fiel balança,
Da todo el caudal que alcança
Con tal Hija, y con tal Hijo:
De tan franco dar, colijo
Que viene, sin duda, a ser
La competencia, a mi ver,
Igual entre Dios, y vos;
Si tanto offreceys los dos,
Que se os agota el poder.
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